¿Quién no ha escuchado la frase “Seamos el cambio que queremos ver en el mundo”?
Desde chica tenía la ilusión de poder aportar mi granito de arena en el mundo para hacerlo un lugar mejor. Veía historias y documentales de la pobreza, las necesidades en África y en general de los problemas del mundo, y siendo muy soñadora, ya me había fijado como meta ir a ayudar a esos lugares lejanos apenas pudiera. Pero conforme fui creciendo, fui abriendo los ojos para darme cuenta de que la necesidad está en todas partes, hasta en los rincones donde menos lo imaginaríamos.
Es así como empecé a plantearme qué es lo que realmente quería hacer con mi vida… y en ese caminar me encontré con el término “IKIGAI”, “la razón para levantarse cada mañana”. Es una filosofía japonesa que en resumen habla de encontrar algo que combine lo siguiente: lo que amas, en lo que eres bueno, por lo que te pueden pagar, y el último concepto es uno que muchas veces queda olvidado… lo que el mundo necesita.
Haciendo este análisis me di cuenta de hacia dónde quería dirigir mi camino, y es en ese andar que Inspica llegó a mí. Me gusta creer que siempre había estado ahí, pero poco a poco lo fui descubriendo, como Miguel Ángel decía: “El David siempre estuvo escondido en ese gran bloque de mármol, lo único que yo hice fue quitar las partes que sobraban”, y creo que cada paso que he dado es como quitar una de esas partes que sobraban en mi vida.
La palabra Inspica viene de “Inspirando Cambios”, y es una empresa que aún está en sus primeros pasos, pero que confío, tiene mucho potencial. Como lo dice su nombre, se dedica a buscar proyectos que inspiren cambios, de cualquier forma, y en cualquier lugar. Si, suena algo ambicioso, pero con lograr inspirar al menos un cambio, los proyectos cumplen su objetivo.
“Soñamos con inspirar a las personas a generar cambios que nos hagan vivir en un país más digno y feliz”. Con esta visión, Inspica busca fortalecer el tejido social, principalmente a través de proyectos de intervención comunitaria. Siempre el pilar más importante de los proyectos es la comunidad donde se desarrolla, es por eso que una pieza clave de nuestro proceso es hacernos parte de la comunidad, para establecer vínculos de confianza con las personas, y que al ver que los proyectos buscan mejoras para todos, los vecinos se involucren animosamente a éstos, los cuales pueden ir desde la construcción de un parque, hasta el rescate de un lote baldío o la limpieza de un cenote. Cualquier proyecto que genere un bien común dentro de la comunidad es una buena oportunidad.
Muchas veces pasa que cada uno, desde su rincón, decide empujar hacia donde quiera o le convenga, y no nos damos cuenta de que empujando juntos podemos generar aún mayores cambios. Es por eso que, en los proyectos, Inspica funciona como un vínculo entre los principales actores que nos rodean, que son la comunidad, el gobierno y las empresas. De esta forma, se busca que los proyectos puedan tener el mejor alcance, involucrando de la mejor manera tanto a quienes invierten en el proyecto, como a quienes lo reciben.
Y a pesar de que emprender es uno de los retos más grandes a los que me he enfrentado, no hay momento más reconfortante que el estar viendo las caras de las personas en los talleres y en las actividades, cada visita, cada conversación, cada sonrisa. Porque emprender ya no fue solo para generar ingresos, sino para poner ese granito de arena en la construcción de un mundo mejor, la forma en la que intento vivir la frase de “ser el cambio que queremos ver en el mundo”, porque no hay mejor manera de contagiar el mensaje e inspirar cambios, que con el ejemplo.
Alejandrina Castillo.
Directora Creativa de Inspica.